WHEELS & WAVES 2014: KRONIKA
Me he propuesto darle vidilla al blog, me da pena dejarlo morir, aunque todo el mundo sabe que los blog están muertos, y que nadie los lee, o eso parece. Todo el mundo está en FB, Twitter o Instagram..., pero ellos también morirán. Resistir es vencer, jaja. Procuraré escribir algo todos los lunes, y a ser posible, siempre relacionado con el surf de una u otra manera.
Esta vez, aunque sea con retraso, voy a hablar de la última edición del Wheels & Waves de Biarritz, que tuvo lugar entre los días 12 y 15 de junio. Mi amigo Josu Martín y yo habíamos decidido hace tiempo que teníamos que ir y nos cogimos el 12 jueves libre para hacerlo. Acertamos de pleno. El día, precioso y soleado, era ideal para andar en moto y allí nos fuimos por la mañana, él con su Guzzi cafeteada con maestría, que causó admiración, y yo con mi vieja BMW, que no está mal, pero que visto el nivel que había, habrá que poner al día para 2015.
Del tema de las olas, poco podemos decir, porque no era lo que nos interesaba y porque no había ni media txusta. Del tema motos, podríamos escribir varios artículos y no contarlo todo, y eso que sólo estuvimos un día. El evento se ha ido consolidando y ahora es una referencia europea del rollo cafe racer y demás: el escenario del faro de Biarritz (combinado con Hondarribi y Jaizkibel) es ideal, y el nivel de los expositores (El Solitario, Deus, Wrenchmonkees..., por citar unos pocos), muy alto. Este año, Yamaha patrocinaba el evento (un guiño al mainstream que se está intentando colar en el movimiento), pero el protagonismo sigue siendo de los artesanos, que exhibieron auténticas obras de arte.
Y no había solo motos. No tome nota de todo, ni fotografié todo, pero también había tablas (entre ellas, una replica de una Velo de Greenough, que hay que verla para admirar todavía más cómo podía andar con semejante engendro), ropa, artesanía en cuero, cascos, complementos, incluso una barbería... Un hipster empedernido podía sentirse en la gloria, y llevar dinero para gastar convertirse en un auténtico peligro. En definitiva, que desde el año anterior la movida ha crecido, tanto en expositores (había otra planta abierta) como en ambiente.
Nos hemos quedado con ganas de más. Para el año que viene habrá que afinar con nuestras burras, para estar a tono, y no estaría mal que nuestros artesanos locales (p.ej., el GG Team de Lekeitio) se animaran a exponer y a competir en la carrera de Jaizkibel, porque estoy seguro de que harían un muy buen papel.
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