COMBATE MORAL
Esta es mi lectura de verano. De vez en cuando me suele gustar hurtar un tocho sustancioso de casa de mis padres (un "kukuli", como los bautizó mi hija pequeña), y leerlo al ir a dormir o tomando el sol.
Pero no es una lectura frívola. Habla en clave moral de la mayor guerra de la historia de la humanidad. No se limita a contar batallitas ni a aportar datos técnicos, sino que expone los hechos en un contexto humano y ético: por qué luchaba cada bando, qué buscaba, qué es lo que guiaba sus actos. En definitiva, el sentido que guiaba la carnicería, si era premeditado, sobrevenido o por puro azar.
Más de una vez al leerlo me he sentido estremecido, a veces identificado con el actuar de personas que tenían mayor o menor responsabilidad, que aunque no eran más que granos de arena en el torbellino que supuso todo aquello, tenían al fin y al cabo un mayor o menor margen para mostrar la grandeza o la negrura de su alma.
Más de una vez he comentado que este es un blog frívolo y de surf, pero no he podido evitar trasladar esos pensamientos a los conflictos actuales, a las imágenes que desde los medios violentan nuestro cómodo verano de 2014.
¿Se está asumiendo como algo inevitable y un mal menor que puede haber víctimas civiles en una acción militar si con ello la paz está más cerca, o más bien se ha tomado como objetivo directo a la población civil como método de represalia y amenaza para ponerla de rodillas? Este debate se dio intensamente en 1939-1945 en el bando aliado (el bando del eje ni se lo planteaba). Parece que hoy en día hay quien ha superado hace tiempo ese escrúpulo...
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