TODO POR UN PUÑADO DE OLAS PERFECTAS
Este libro es la biografía de Miki Dora, escrita por David Rensin y editada en español por the fishbone project. Lleva ya unos meses en el mercado y no terminaba de hacerme con él, pero por fin ha caido en mis manos y estoy disfrutando como pocas veces lo he hecho con una lectura de temática surfera. Quizá sólo pueda compararlo a Da Bull, la autobiografía de Greg Noll, que hace ya unos cuantos años tuve ocasión de leer por cortesía de Joserra de la Mar. Lo bueno, además, en mi opinión, es que es un libro interesante para cualquier persona, no solo para fanáticos del surf, ya que habla de un ser humano con una trayectoria y características excepcionales.
Qué se puede decir de Dora. Dora era muchas personas en una, héroe y villano, pro y antipro, colega y anticolega. No cabe duda de que es una figura capital del surfing de todos los tiempos. Nombres claves en la evolución del sufing, que lo han hecho avanzar o cambiar en un momento determinado, hay unos cuantos. Duke Kahanamoku fue el prototipo de waterman y la conexión entre el surf en su estado original y el surf de la era moderna. Dale Velzy fue algo así como el inventor del jet al shapeo, al desarrollar las primeras tablas realmente surfeables. Bob McTavish personalizó la revolución de la tabla corta. Jerry Lopez dio imagen al ideario cool hippy hawaiano y tubero de los 70. Tom Curren fue el inventor del abc del thruster (que sigue vigente hoy) y continuador, con sus rarezas y desapariciones y reapariciones, de la dialéctica pro-soul surfer. Kelly Slater es el ultimate superpro y atleta sin complejos, candidato futuro según los rumores a presidente de los EE.UU. Y seguro que me dejo alguno. Pero ninguno tan singular y especial como Dora. Dora es una figura intemporal. Encarnó como nadie al surfista libre y sin ataduras emocionales o morales que estaba dispuesto, aunque despotricara, a pagar el precio por vivir su sueño. Para hacernos una idea de cómo era y lo que encarnaba hay un pasaje casi al comienzo del libro que viene a decir algo así como:
¿Quieres ser libre? Abre la puerta y sal. Camina, sigue caminando, no te des la vuelta, no mires atrás.
Parece fácil. No lo es en absoluto.
9 comentarios
xandra -
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