Al final del concierto nos acercamos a rendirle tributo, estrecharle la mano, felicitarle por el concierto y pedirle que nos firmara una foto del merchandising y la entrada. Nos faltó valor para pedirle hacernos una foto con él, por la brasa que le dieron los paparazzi (como el mismo llamó a la gente que estaba más pendiente de captar instantaneas que de escuchar y bailar) en el mismo concierto, como por el respeto que nos inspiraba su figura. Luego nos arrepentimos y pensamos volver, pero ya era tarde y había que volver a casa.
Una experiencia única.
Venga, nos vemos en Elantxobe.
Gero arte,
2 comentarios
Markel -
gurpil -
Zorionak.