FRESKO
Nuestro deporte-afición-obsesión-forma de vida es siempre, por definición, una caja de sorpresas. Todos lo hemos experimentado alguna vez, ¿no? Un día determinado pueden darse todas las condiciones teóricas (swell, viento, periodo, marea, etc., etc.), nos curramos el hueco para darnos el baño luchando contra nuestras obligaciones o semi-obligaciones, enfilamos para la playa o spot en cuestión... y al llegar se nos escapa una maldición y se nos cae el alma a los pies al ver que toda la jugada nos ha salido mal. Y al revés. Vamos a la playa casi por obligación, costumbre, casualidad o lo que sea y todas las variables se conjugan para darnos un baño memorable. No sé que opinaréis, pero yo prefiero lo segundo. Los humanos somos como somos y, sobre todo los occidentales, nos creemos con derecho a que en la vida todo nos tenga que salir bien así porque sí. Y claro, si en el primer caso nos damos un bañazo, no lo apreciamos tanto, porque "tenía que salir así". En el segundo, en cambio, no esperábamos nada y lo disfrutamos el doble. Un poco budista el tema, ¿no? Todo tiene que ver con el sufrimiento que provoca el apego y el deseo.
Bueno, ya os he liado bastante. La fotografía que ilustra el artículo tiene que ver algo con el tema. No del todo, porque tampoco es que estuviera de la o...., pero con un tabloncito y sin pretensiones, te podías inflar a pillar izquierditas. Quienes hayáis reconocido el sitio, a pesar de la mala calidad de la foto (está sacada con el zoom digital del móvil y desde dentro del coche, por el frío), coincidiréis conmigo en que es un spot que muy pocas veces da todo su jugo. Hoy estaba dando algunas gotas.
4 comentarios
Markel -
gurpil -
¡Ah!, has visto ya la de hacia rutas salvajes?
Markel -
iñaki g -